Aquí hay algunas señales comunes que podrían indicar que el sensor de oxígeno de tu automóvil está
fallando:
Aumento del consumo de combustible: Un sensor de oxígeno defectuoso puede causar una lectura
incorrecta del nivel de oxígeno en los gases de escape, lo que podría hacer que el motor ajuste
incorrectamente la mezcla de aire y combustible. Esto puede resultar en un aumento del consumo de
combustible y una disminución en la eficiencia del vehículo.
Luces de advertencia en el tablero de instrumentos: La luz de advertencia del motor (check engine) en el
tablero de instrumentos puede encenderse para indicar un problema con el sensor de oxígeno. Sin embargo,
también puede encenderse por otros problemas, por lo que es importante realizar un diagnóstico adecuado
para determinar la causa exacta.
Marcha irregular o pérdida de potencia: Un sensor de oxígeno defectuoso puede hacer que el motor
funcione de manera irregular o experimente una pérdida de potencia. Esto se debe a que el sensor juega un
papel crucial en el control de la mezcla de aire y combustible, y si está fallando, el motor puede tener
dificultades para funcionar correctamente.
Emisiones aumentadas: Un sensor de oxígeno defectuoso puede causar un aumento en las emisiones de
escape del vehículo. Esto puede resultar en una prueba de emisiones fallida si se realiza una inspección
obligatoria del vehículo.
Marcha en ralentí irregular: Un sensor de oxígeno defectuoso puede hacer que el motor funcione de manera
irregular o inestable cuando está en ralentí. Esto puede manifestarse en temblores o vibraciones inusuales en
el vehículo mientras está detenido.